No hablemos de lo leído, sólo de lo que vimos. Las lecturas harían mucho más largo este panfletillo.
¿Qué fue de aquel hombre que Solo ante el peligro nos tuvo clavados durante 1h y 24 minutos en una butaca de un cine de barrio?
Nuestro mundo cambió después de ver a Robin Hood, El sargento York o la carrera de cuadrigas más famosa de la historia. Fort Apache no era solo una cartelera con letras azules sobre un fondo desértico, era algo más, la responsabilidad, la disciplina, la cortesía y otros muchos valores que acompañaban aquel galopar desenfrenado.
Para galope el de los Tres lanceros bengalíes y sobre todo La carga de la Brigada Ligera, cuando todos a una azuzábamos nuestras monturas de cartón contra el enemigo invisible que teníamos en el salón. Todos quisimos ser El Cid, el coronel Gordon en Jartum o Morir con las botas puestas y con la muy peinada melena del General Custer.
Hasta alguna amiga nuestra quiso ser Juana de Arco sin el consentimiento paterno.
Después supimos de Senderos de gloria, por no hablar de lo que nos contaron de Los últimos de Filipinas y que por fin vimos en una reposición largamente deseada.
Eran otros tiempos. El Barón Rojo aún hacía cabriolas en el aire de nuestra imaginación. Hoy peinamos canas.
Los héroes no han cambiado pero aquellos luchaban por algo convincente, había a veces algún signo de venganza, pero para eso estaba la tijera. Hoy los héroes hacen casi lo mismo, pero no está muy claro el porqué lo hacen. Los malos eran muy malos, pero los de hoy están cargados de una violencia sobrada de desmesura y efectos especiales. Sus valores han ido modelando a esos imberbes a los que hoy damos clases -incomprensibles- de buenas maneras y sentido honesto de la vida.
Si queremos saber las razones de tanta sinrazón solo tenemos que ver Daredevil, La masa, Van-Helsing, X-Men, Hannibal Lecter, Spiderman y otros engendros del "saber universal"
¿Pasamos página?
Un saludo desde la pecera.
Ocho veces demostrado
Hace 10 años
2 comentarios:
Doy una calurosa bienvenida a este nuevo espacio del pensamiento y la reflexión y deseo larga vida a esta aventura intelectual.
Solo quiero poner un contrapunto optimista a esta reflexión cargada de razón.
Los valores están ahí fuera: están en la conciencia de las personas y afloran cuando es debido y las circunstancias lo favorecen. ¿Dónde se produce el marco para que emerjan? yo creo que en la vida diaria, en el tú a tú, en el contacto directo con la cuita del otro.
Es cierto que superficialmente los medios de comunicación dan la sensación de una corrupción moral sin límites y es difícil no sucumbir al desánimo.
Asistir diariamente a la entronización en los mass-media de los comportamientos éticos más miserables erosiona la más firme decisión de mantener un modo de vida acorde a los valores de de los que el pensamiento cristiano viene impregnando historicamente la sociedad occidental .
Como digo es difícil mantenerse quieto pero también es cierto que siempre fue complicado.
No transitamos por el período histórico más desfavorable para los comportamientos honrados: no es una época de hambruna o de escaseces, tampoco lo es de conflictos bélicos en nuestro entorno. Disfrutamos de un más que relativo bienestar.
Se me podrá decir ... precisamente por el bienestar... Pero el bienestar no es la causa última de la "desvalorización": es un factor de relajación moral pero no decide por sí sola la ausencia de valores.
Los comportamientos heroicos aparecen donde menos se espera: en un accidente de avión una señora herida ayuda a un niño, en un incendio alguien pierde la vida por salvar a una persona atrapada.
Las acciones desprendidas y carentes de interés brotan en múltiples situaciones: dos caminantes agotados son transportados por un furgonetero que se arriesga no se sabe a qué con dos extraños en la carretera, o un niño que se hiere correteando es auxiliado y curado por "gente" que pasaba por allí; o alguien que gana un menguado jornal en un semáforo devuelve una cantidad anónima exorbitante que otro alguien perdió.
No todo está perdido hombre, algo queda en el interior de las personas que les impele a hacer el bien.
No perdamos la esperanza
shhhh
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