Te quiero tanto que no soy tu dueño
Te
quiero tanto que no soy tu dueño;
te
quiero tanto que no soy tu esclavo,
que
no tengo derecho a tener celos
ni
obligación de quedarme a tu lado.
Te quiero tanto que no te contrato
como
reposo y solaz del guerrero.
Te
quiero tanto que no te prometo
quererte
más que puede un ser humano.
Si buscas quien te ahogue en un
abrazo,
quien
te beba la sangre en cada beso
con
promesas que no están en su mano,
aprieta el paso y sigue tu camino,
que
no quiero volverme tan mezquino
que
al final convierta el amor en eso.
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