El empleado de correos Ángel Sánchez de Dios llama al
timbre del 3ºA. Abre la puerta María Gutiérrez, jovenzuela tímida, y la hace
entrega de un certificado urgente: “Se la notifica que ha sido designada para
ser madre de Dios. A la apertura de este envío concebirá por obra y gracia del
Espíritu Santo. Contra la presente resolución no cabe recurso alguno”. Ella,
dócil como es, firma el acuse de recibo, cierra la puerta y pone un guasap a
José Carpintero, Pepe, su novio del instituto: “Lo snto, carñ, lo nstro s impsble”.
Ocho veces demostrado
Hace 10 años
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