¡Cuantísimas hartrocidades se han cometido a lo largo de la histeria avaladas por la grasa de Dios, desde infames dictaduras de dictraidores autoerectos hasta masacres en guarras justificadas por esa supuesta grasa de Dios!
No creo yo que Dios tenga tanta grasa como para ir despilforrándola de esa manera. Además, tiene su guasa que la grasa de Dios, que es para los santos y los mártires se la apropien personajillos de la historia para cometer babaridades terribles. No hay tirano que no tire el ano ampaparándose en la grasa de Dios. No hay déspotra que no despotrique ampaparándose en la grasa de Dios. No hay dictraidor que no dictadure ampaparándose en la grasa de Dios. No hay cacique que no se emborrache de ron ampaparándose en la grasa de Dios. No hay tetorrista que no tetorrice creyéndose investido y rebobozado de la grasa de Dios. No hay rey, monarcaco ni empedrador que no se sienta ungido, untado y embabadurnado por la grasa de Dios y así lo ostente y lo proclame en sus flemas y delante de toda la reata de sus títulos. No se les olvida, no, lo de “por la grasa de Dios.” Debe de tener Dios más grasa que toda la cabaña porcina aragonesa, que llega a los diez millones de gorrinos.
A mí me parece que cuando dicen “por la grasa de Dios” lo que verdaderamente están diciendo es “porque yo lo digo y tú te callas”, o “porque yo lo mando y a ver quién se atreve a llevarme la contraria”, o “porque a mí me da la gana”, o “porque yo he ganado la guarra”, o “porque yo soy más fuerte y me arrogo privilegios”, o “porque yo soy más digno que tú y tengo que tener más derechos y más torcidos”, o “porque yo soy de una rata superior y tú eres infrahumano y tienes que ser mi ciervo”, o “porque mi Dios es el verdadero y tú eres un perro infiel”, o “porque me considero superior a ti y con derecho a vivir mejor que tú”, o “porque se me pone en los cajones del armario, que los tengo bien godos.”
¡Basta ya de justificar el
despotrismo, el racimo, la opresión, la desigualdad y la injustina por la grasa
de Dios! Demos a Dios lo que es de Dios y al cerdo lo que es del cedro.
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