Como
hombres comprometidos con la defensa de los valores recogidos en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, queremos manifestar nuestra repulsa hacia
todo género de violencia, y hoy en especial, hacia la violencia de género, la
violencia contra las mujeres, que causa numerosas víctimas en todo el mundo y
que también está presente en nuestro país, como revelan las cifras de la
Violencia Familiar en España, con 41 mujeres asesinadas por sus parejas o
exparejas en lo que va de año
Consideramos que no hay causa ni excusa para
agredir, insultar, ofender, denigrar, humillar, rechazar, excluir o despreciar
a las mujeres y proclamamos nuestro respeto hacia ellas y nuestra solidaridad y
hermandad con ellas mediante las ideas recogidas en el siguiente decálogo:
1.
Manifestamos nuestro respeto hacia todas las
mujeres en su condición de madres, hermanas, esposas, amigas, vecinas,
compañeras, colegas, alumnas, conciudadanas o cualquier otra condición que las
relacione con nosotros.
2.
Nos posicionamos en contra de cualquier doctrina
científica que pretenda justificar la inferioridad de la mujer por causas
biológicas; en contra de cualquier corriente filosófica que defienda la
inferioridad moral o intelectual de las mujeres; en contra de cualquier
religión o creencia que incluya entre sus dogmas la inferioridad o la condición
pecaminosa de las mujeres; en contra de cualquier sistema administrativo que no
conceda igualdad de oportunidades educativas y laborales a las mujeres; en
contra de cualquier sistema jurídico que no conceda a las mujeres los mismos derechos
y garantías que a los hombres; y en contra de cualquier sistema social,
cultural, político, o económico que
relegue a las mujeres, las discrimine y las supedite a los intereses y
necesidades de los hombres.
3.
Nos manifestamos especialmente en contra de la
violencia sexual contra las mujeres, que son a
menudo víctimas de abusos y violaciones y muchas de ellas han de
soportar lacras infames como la trata de blancas, la prostitución o el
reclutamiento forzoso como esclavas sexuales.
4.
Nos manifestamos en contra de la discriminación
laboral de las mujeres. No aceptamos que su trabajo esté peor remunerado que el
de los hombres o que sus condiciones particulares, como el embarazo y la
maternidad y el cuidado de los hijos, limiten sus posibilidades de contratación
o promoción laboral.
5.
Manifestamos nuestro desprecio hacia los hombres
que no aceptan el rechazo amoroso de las mujeres y las acosan, las persiguen o
las agreden, haciéndolas la vida imposible y llegando incluso a asesinarlas.
6.
Manifestamos nuestro firme propósito de
considerar ciertas tareas tradicionalmente adscritas a las mujeres como propias
también de los hombres en igualdad de condiciones, como las tareas domésticas y
el cuidado de los hijos, los enfermos y los ancianos.
7.
Manifestamos que no admitimos justificación ninguna ni argumento
que valga bajo ningún concepto ni situación para excluir a las mujeres de
ninguna actividad ni en ningún ámbito, pues están igual de capacitadas que los
hombres para todo y son un elemento imprescindible para la construcción de un
mundo próspero, justo y solidario.
8.
Nos comprometemos a combatir en nuestro entorno las actitudes
machistas que manifiestan desprecio hacia la mujer y en las que a veces
incurrimos por inercia cultural, ya sea mediante dichos, comentarios, chistes,
y otras manifestaciones habituales que resultan ofensivas y denigrantes para la
dignidad de las mujeres.
9.
Manifestamos especialmente nuestro rechazo hacia
las formas más extremas de violencia contra la mujer, como son el comercio
sexual ejercido por las mafias, la esclavitud sexual frecuente en las zonas en
guerra, la explotación sexual de las niñas, la pederastia, las violaciones masivas
y grupales, los matrimonios impuestos,
la ablación del clítoris, la imposición del burka y cualquier otra
práctica que limite la libertad de decidir de las mujeres o que atente contra
su dignidad como ser humano.
10.
Manifestamos nuestra gratitud hacia todas las
mujeres pasadas, presentes y futuras que han luchado, luchan y seguirán
luchando por la construcción de una sociedad mejor, absolutamente igualitaria,
en la que nacer mujer no suponga ninguna limitación y en la que cualquier mujer
pueda desarrollar todo su potencial de ser humano con total libertad y con
absoluta dignidad. Y nosotros, hombres que intentamos ser justos y dignos, nos
comprometemos a ayudarlas en esta noble tarea con toda la resolución a que nos
obliga nuestro irrenunciable sentido de la justicia y nuestra propia dignidad
como personas.