Si vuelves conmigo, fregaré yo los cacharros todas las noches después
de cenar.
Si vuelves, levantaré la tapa del váter antes de lo uno y pasaré la
escobilla después de lo otro.
Si vuelves conmigo, se acabaron los partidos de la Champion,
la fórmula 1 y las motos. Veremos todas las comedias románticas que tú quieras.
Si vuelves, me cambiaré de calzoncillos todos los días, me afeitaré
cada mañana y limpiaré los pelillos del lavabo.
Si vuelves conmigo, dejaré de escuchar heavy metal a todo trapo y
podemos ir juntitos a algún concierto de Alejandro Sanz.
Si vuelves conmigo, dejaré de darte palmadas en el culo delante de tu
familia.
Si vuelves, se acabaron los cubatas, beberé solo cerveza sin alcohol.
Si vuelves conmigo, dejaremos de veranear en mi pueblo y nos iremos
por fin un fin de semana a Londres.
Si vuelves, madrugaré los sábados para hacer la limpieza de la
casa y luego iré a la compra sin
rechistar.
Si vuelves conmigo, no volveré a mencionar que se te están cayendo las
tetas y has empezado a echar barriga.
Si vuelves, me apuntaré al gimnasio, me pondré a régimen, me haré la
depilación láser de hombros y homóplatos, me cortaré el pelo y las uñas de pies
y manos todos los meses, me pondré colonia todas las mañanas y me cepillaré los
dientes todas las noches.
Si vuelves conmigo, echaré los calcetines sucios al cubo de la ropa y
no los volverás a ver danzando por la habitación ni por los pasillos.
Si vuelves, usaré esas pinzas que dicen que son tan buenas y te las
pones en la nariz y ya no roncas.
Si vuelves conmigo, se acabaron las ventosidades y los eructos en la
mesa. Prometo usar tenedor para comer las patatas fritas, limpiarme en la
servilleta y no en el mantel, recoger el tazón del desayuno y limpiar las migas
de la mesa.
Si vuelves, te dejaré que te pongas tú arriba cuando hagamos el amor.
Si vuelves…
Pero vuelve, por favor, porque si no vuelves, ¿de dónde sacaré yo
fuerzas para toda esta metamorfosis?