domingo, 30 de marzo de 2014

La creación (a Jesús Redondo)


Dijo: “Hágase la luz”, y no pasó absolutamente nada. Entonces desmontó el cuadro eléctrico, revisó el cableado, comprobó las conexiones, hizo los ajustes pertinentes y finalmente levantó el conmutador. Toda la casa se iluminó esplendorosamente. Entonces se dio cuenta, con cierto dolor, de que no era Dios, sino simplemente un buen electricista.

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