La noche la
pinta de negro
un
sinvergüenza que no ha cenado
y quiere que
todos tengamos miedo
de no tener
a nadie a nuestro lado.
¡Ay, noche
de los nocturnos
de los
poetas aciagos,
que escriben
versos sinceros
para engañar
a los falsos!
La noche
tiene carcoma
de estrellas
apolilladas
que solo
pueden mirarse
con las
pupilas cerradas.
¡Ay, noche
de la luna rota,
descorazonada
en el cielo,
que parece
una gaviota
divorciada
de un velero!
La noche
agoniza infectada
de
murciélagos modorros
que vuelan
buscando polillas
y esquivando
a los beodos.
¡Ay, noche
de los delirios
de los
poetas noctámbulos,
que esperan
que llegue el día
para subir a
los campanarios!
A la noche
la sacan las tripas
los camiones
de la basura:
esta noche maloliente
y putrefacta
es más
ruidosa que oscura.
¡Ay, noche
de la luna tonta,
que no sabe
lo que hacer
y se le cae
la baba de la boca
esperando el
amanecer!