domingo, 27 de abril de 2025

Nocturno del 25 de abril

 


La noche la pinta de negro

un sinvergüenza que no ha cenado

y quiere que todos tengamos miedo

de no tener a nadie a nuestro lado.

 

¡Ay, noche de los nocturnos

de los poetas aciagos,

que escriben versos sinceros

para engañar a los falsos!

 

La noche tiene carcoma

de estrellas apolilladas

que solo pueden mirarse

con las pupilas cerradas.

 

¡Ay, noche de la luna rota,

descorazonada en el cielo,

que parece una gaviota

divorciada de un velero!

 

La noche agoniza infectada

de murciélagos modorros

que vuelan buscando polillas

y esquivando a los beodos.

 

¡Ay, noche de los delirios

de los poetas noctámbulos,

que esperan que llegue el día

para subir a los campanarios!

 

A la noche la sacan las tripas

los camiones de la basura:

esta noche maloliente y putrefacta

es más ruidosa que oscura.

 

¡Ay, noche de la luna tonta,

que no sabe lo que hacer

y se le cae la baba de la boca

esperando el amanecer!

sábado, 26 de abril de 2025

Misiva

Estimado señor Cándido:

¿Le parece a usted bonito coger a un cochinillo, quitársele a su marrana, que es tan madre como de usted la suya, llevársele (secuestrarle, vamos), tostarle y ponerle encima de la mesa de su restaurante para que se le coman cuatro garrulos que mejor harían en hincharse de nabos y berenjenas?

Pues ya le digo yo que no, que no es nada bonito y es un atentado flagrante contra los derechos de los animales. Entendemos que tenga usted que velar por la rentabilidad de su negocio, pero yo le propongo una idea novedosa: ¿por qué, en vez de cochinillos, no asan ustedes remolachas? La remolacha asada está buenísima, sale más barata que el cochinillo y es un alimento muy saludable.

Esperando que reformen ustedes la carta de su restaurante y la actualicen conforme a los nuevos tiempos de respeto a todas las especies animales, se despide atentamente,

                                Aniceto Potaje Berzales, presidente de la Hermandad de Defensa Porcina.

viernes, 18 de abril de 2025

Soneto de Viernes Santo

 


Al Cristo coronado de zarzales

sacan en procesión por las callejas,

delante van un grupo de chavales,

detrás van las mujeres, todas viejas.

 

El paso le soportan treinta mozos

que todo el año obraron sin conciencia

y tienen que sufrir la penitencia

para que sus pecados se hagan gozos.

 

Y yo, pobre de mí, que soy ateo,

que no tengo ya fe, que en nada creo,

voy cerrando la triste procesión.

 

Me conmueve el dolor del nazareno

y al verle me dan ganas de ser bueno

aunque no me lo mande religión.

3 clavos

 

El centurión me mandó a mí, por ser el más novato de los cuatro soldados del grupo de ejecución, a buscar un herrero en Jerusalén que hiciera unos clavos especialmente largos y afilados para la ocasión, pues le habían dicho que al que íbamos a crucificar era el hijo de Dios, y aunque presumía de ateo y juraba y maldecía por Júpiter constantemente a cada orden que nos daba, estaba medroso y no se fiaba de que algún prodigio entorpeciera la misión que el propio Pilatos le había encomendado, precisamente a él por su bien ganada fama de ejecutor implacable.

Bajé a la fragua. A mí no me importa hacer estos recados. Antes que estar de plantón en una guardia prefiero observar el trabajo de un herrero. Y este trabajaba maravillosamente bien. Daba gusto verle. Cogió con las tenazas una barra de hierro y calentó un extremo en la forja. Cuando lo tuvo al rojo vivo, lo apoyó sobre el yunque y empezó a golpearlo con el martillo. Para dejarlo bien puntiagudo, iba girando la varilla un cuarto de vuelta, hasta aguzar las cuatro caras del clavo. Luego, con la tajadera hizo en la barra unas muescas a la medida de clavo que yo le indiqué, más larga de lo normal, la trabó en la clavera e hizo palanca hasta tronchar la barra por las muescas. Por último, se puso a dar forma a la cabeza del clavo. Sin sacarle de la clavera, le metió en el orificio del yunque y empezó a machacar el extremo romo de la barra para darle forma semiesférica. Por último, enfrió el clavo en agua y le sacó de la clavera. El primer clavo ya estaba hecho. Le tiró al suelo y repitió el proceso dos veces más.

Yo no perdí detalle de ninguna de ellas. Si me hubiese dejado, me hubiese puesto yo mismo a hacer el tercer clavo. No me habría importado ser herrero. Mejor que ser soldado. Mejor fabricar clavos que tener que clavarlos tú mismo en los pies y las manos de esos pobres desgraciados a los que crucificamos, ya sea por rebeldes, ya sea por bandidos, ya sea por creerse hijos de Dios.

Me volví al cuartel con mis tres clavos. Al verlos, el centurión sonrió: “Estos clavos atravesarían los huesos del mismísimo Júpiter”, dijo. 

Pero al día siguiente no crucificamos en aquella vieja cantera al mismísimo Júpiter, sino a un hombre sencillo que supo sufrir su martirio como no lo hubiera hecho ningún Dios. Bien puedo decirlo yo, que me iba fijando en la expresión de su rostro a cada martillazo mientras los clavos atravesaban su carne y sus huesos.

Aquel hombre no sería el hijo de Dios, pero merecía serlo.     

miércoles, 16 de abril de 2025

Primavera


Mi corazón en primavera

no late como debiera.


Se altera.


Es un gurriato

que revolotea.

Es un regato

que salpica la ladera.


Se altera.


Cabritillo que brinca

de peña en peña.

Agua corriente

que rebosa de su aceña.


Se altera.


Es un topillo

que sale de su cueva

y descubre la luz

y la luz no le ciega.


Se altera.


Es un abejorro

en la pradera:

¡hay tantas flores!,

¿cuál eligiera?


Se altera.


Barbecho que descubre

la simencera.

Malvas que florecen

junto a la carretera.


Se altera.


Lagartija que sale

de su letarguera

y por todas las rendijas

se cuela y lagartijea.


Se altera.


Mi corazón en primavera

no late como debiera.

Nunca

—¡Espera, por favor! Déjame decirte solo dos palabras.

Yo me paré, me volví y contemplé con deleite la expresión suplicante de su rostro. Casi sonreí. Pensé: “Ahora me dirá Te quiero, yo le perdonaré, nos besaremos y me invitará a comer en mi restaurante preferido.”

—¡Hasta nunca! —dijo.

Me dio la espalda y echó a andar. Yo me quedé helada. Carámbanos de pánico corrían por mi sangre.

Ese Nunca ha estado presente ya siempre en mi vida. Parece que le hubiera pronunciado el propio dios Amor. Como condena.

viernes, 11 de abril de 2025

Adhesión a la rebelión

 

Me llamo Manuel Navas Gómez. Tengo 28 años. Natural y vecino de Valsaín. Jornalero. Sindicalista. El 18 de julio me pilló trabajando en el aserradero. En cuanto me enteré de que la guarnición de Segovia se había alzado en armas, cogí caminito, pasé la sierra y me vine a Madrid, a zona republicana. Los falangistas vinieron a buscarme y, como no me encontraron, se llevaron a mi padre. Le fusilaron en el prado de Las Veguillas, lugar abundante en víboras, lástima no les picó ninguna. 

Me alisté en la 54 Brigada Mixta y combatí por mis ideales y en defensa de mi gobierno legítimo. Hemos perdido la guerra. No siempre triunfan las causas justas. Y ahora los que se sublevaron y los que mataron a mi padre me condenan a 30 años por adhesión a la rebelión. ¡A la rebelión! Tiene gracia: me acusan de su delito. Este es su orden, esta su justicia, esta su clemencia hacia los vencidos. Esta es su paz. 

No hay paz. La guerra continúa. Solo que ahora solo combate un bando contra otro que, ya vencido, ni siquiera se puede defender.

martes, 8 de abril de 2025

3 SONETILLOS SOBRE EL AMOR

 


                    1

            El poeta incita al amor

 

Corred a buscar la risa

que llena de luz la noche.

No renunciéis al derroche

del abrazo y la caricia.

 

¿Quién será tan insensato

de no poner buen empeño

en ser dueño de tal sueño

por un precio tan barato?

 

Y si alguien fue tan necio

de tratarle con desprecio,

corra a buscar el amor;

 

y no cometa el error

de no otorgarle valor,

que lo que no tiene es precio.

 

       2

 El poeta recomienda 

 no sufrir por amor

 

¡Eh!, que no vale la pena

sufrir de amor desengaño;

no te dejes hacer daño

ni de rubia ni morena.

 

Sepa, pues, quien se estrena

en amores este año,

que el dolor es un engaño

ya le cause una sirena.

 

Que no me vendan el cuento

de que quien sufre más ama,

manual de amante suicida.

 

Que se pose en otra rama,

que al amor le arrastre el viento

si no me endulza la vida.

           

      3

    El poeta incita 

    a vivir enamorado

 

¡A tus amores, amante:

a gozar enamorado,

el corazón por delante,

sin temor en el costado!

 

No hay ingenio más brillante

que el que ama desbocado,

ni cadáver ignorante

si murió tras ser amado.

.

No hagas caso de la gente

que en la vida ve tortura

porque no tiene ternura.

 

Tú no seas inconsciente:

llévate a la sepultura

el amor que tu alma siente.                       

 

 

 

 

domingo, 6 de abril de 2025

La ilusión


El maestro, que era ya muy anciano, le dijo al discípulo: “No te ilusiones, porque ya estás viendo que todo es vanidad”

El discípulo, que no era ya tan joven y lo había aprendido casi todo del maestro, replicó: “Maestro, déjame vivir con ilusión, porque, en efecto, todo es vanidad, menos la ilusión de vivir. Tú quizás la hayas perdido ya por efecto de la vejez, pero yo soy demasiado joven todavía para afrontar la vida sin ella”.

El maestro, consciente de que la comprensión del otro es parte fundamental de la sabiduría, concluyó: “Vive, pues, con ilusión y que así tu vida valga la pena”.

HOGUERAS



            He querido prender un nuevo fuego

            con cenizas de incendios anteriores

            porque ya no me queda más madera.


            ¿No tendrás tú en tu majuelo

           alguna mostela?


            Mis cenizas ya no arden,

            ningún fénix resurge bajo ellas.

           Para mí se acabaron las fogatas,

           ya no podré saltar más chisqueretas.


            Me tendré que arrimar a otros rescoldos,

            contemplar en el cielo las estrellas

            y matar el relente de la noche

            no sé yo con qué candelas.


            ¿No tendrás tú en tu majuelo

            alguna mostela?