domingo, 5 de enero de 2014


Noche de Reyes

La Navidad no es una época especialmente agradable para las madres solteras porque van a los centros comerciales y ven a tantos niños jugando con tantos padres que sienten en la propia carne la merma de sus hijos. Con todo, María se esfuerza y va a Parquesur de compras navideñas y mira tú por dónde ya están instalados los Reyes Magos en el pasillo central para que los niños les echen la carta. Entonces le dice a su hijo aprovecha Jesusín y Jesusín aprovecha y pregunta a su madre que qué Rey la gusta más; y la madre, hombre, por gustarme me gusta más el negro que es más joven y macizo; y Jesusín redacta entonces la carta en el modelo que allí mismo se facilita, que viene directamente para rellenar, pero tacha el encabezamiento de Queridos Reyes Magos y pone Querido Baltasar y va y hace cola en la fila del negro y cuando el negro le sienta en las rodillas, él le da la carta y le dice mira, esa es mi madre, y la señala y el negro levanta la cara hacia ella y la saluda y la sonríe y Mari contesta y saluda y sonríe porque todo lo que haga ilusión a su hijo se la hace también a ella.

En el silencio de la noche de Reyes suena el timbre a las cuatro de la mañana. ¡Dios mío! ¿Quién narices será a estas horas?, piensa María y se levanta de la cama y se calza las zapatillas y se pone la bata y acude a la puerta y mira por la mirilla y apenas ve nada porque el pasillo está en penumbra y pone la cadenilla y entreabre la puerta y por la rendija ve la sonrisa del negro y el negro le entrega una carta y ella la abre y reconoce la letra de Jesusín y lee Querido Baltasar para estos reyes yo solo quiero un padre y tú a mi madre le gustas; y María abre entonces la boca muy sorprendida y abre los ojos mucho mucho y mira al negro yo también estoy solo, señora; y se queda pensando pensando pensando; pensando en Jesusín, pensando en ella, pensando en los Reyes Magos, que ya no volverán hasta el año que viene, y quita la cadenilla y abre la puerta y dice pase usted y el rey Baltasar, que ahora no va vestido de rey, sino de inmigrante ilegal, pasa y ella cierra la puerta y dice siéntese usted por favor, está tiritando, debe hacer mucho frío ahí afuera, ¿Quiere una taza de café calentito? Por favor, dice el rey y Jesusín lo escucha con los pies descalzos sobre el parqué frío desde la puerta de su habitación y sonríe para sus adentros y se vuelve a la cama sin hacer ruido y se arropa mucho y se duerme muy contento porque sabe que este año sí que han venido de verdad los Reyes Magos.     

No hay comentarios: