domingo, 17 de agosto de 2014

Aprendizaje

Aquella fatídica noche aprendí de golpe y porrazo tres cosas que ya no me servirán de nada: que es inútil empeñarse en querer a la persona equivocada; que no siempre el primer impulso es el correcto; y que salirse con el coche en una curva no es la mejor manera de buscar el suicidio pues puedes quedar tetrapléjico en lugar de matarte.

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