Lo
encontré tiritando de frío, abandonado a la puerta de mi casa. Lo recogí con cuidado
y lo inserté en su hueco. Poquito a poco fue entrando en calor.
Por
más que me lo supliquen, no se lo vuelvo a entregar a nadie.
Un tipejo raro capaz de escribir poesía filosófico-moralizante mientras escucha Heavy Metal, capaz de correr un maratón sin entrenar, de hacer 65 Km. de una tacada en el Camino Primitivo de Santiago (el que va por el interior de Asturias) o de pasarse un año recopilando canciones que empiecen por la letra A. En fin, un hombre capaz de todo, que hasta la fecha no ha hecho casi nada (más que vivir).
No hay comentarios:
Publicar un comentario