SONETO LÚDICO DEL REY DE LOS ORNITORRINCOS
El rey de los ornitorrincos cojos
tiene un orzuelo en el ojo derecho
y se ha encerrado con siete cerrojos
para darse porrazos en el pecho.
¡Ay, el pobre ornitorrinco maltrecho
no puede ponerse los anteojos
y se pasa las noches al acecho
de otillos que parecen petirrojos!
Le gustaría a veces ser koala,
trepar de un eucalipto hasta la copa
y no bajar hasta final de mes.
Le pesa la corona cosa mala,
¡qué pena!, se atraganta con la sopa
y ve todas las cosas al revés.
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