domingo, 12 de octubre de 2025

La vegetariana

Coincidimos en aquella fiesta, me entró por el ojo con su talle de lirio, y fui y se lo dije:


—Me gustas a rabiar.

—Yo también me había fijado en ti.

—Pues si quieres hacemos el apaño

—¿Para esta noche o para todo el año?

—Por mí, para la eternidad.

—Pero yo soy vegetariana. No puedo besar a nadie que coma carne.

—¡Hosti! Yo es que soy de Segovia y en mi pueblo todas las fiestas se celebran comiendo lechazo.

—Pues si quieres estas carnes —me dice sopesándose con ambas manos ambos pechos— tendrás que renunciar a las del cordero. Y no me podrás engañar comiéndolo a mis espaldas, porque tengo la sensibilidad tan desarrollada que lo noto al primer aliento hasta después de tres meses de la ingesta.

—¡Macagüen!

—Tú veras.

—¿Me lo puedo pensar?

—Medio minuto tienes —me dice poniendo el cronómetro en el móvil.

—Vale, vale —contesto a los 29 segundos—. Renuncio al lechazo.

—Y al cochinillo.

—¡Y al cochinillo!

—Y a la ternera.

—¡Y a la ternera!

—Y al pollo.

—¡Y al pollo!

—Y al conejo al ojimójili.

—¡Ay! ¡Y al conejo al ajimójili!

—Y a los torreznos de Cuenca.

—¡Y a los torreznos de Cuenca!

—Y al chorizo, el salchichón y la morcilla.
 
—¡Y al chorizo, el salchichón y la morcilla!

—Y al jamón ibérico de bellota.

—¡Por Dios, qué suplicio!

—Repito: Y al jamón ibérico de bellota.

—¡Y al jamón ibérico de bellota!

—Y a todo tipo de pescado.

—¿Incluidas las latillas de anchoas?

—Incluidas. Venga, dilo.

—Renuncio a todo tipo de pescado, incluidas las latillas de anchoas.

—Y a todo tipo de mariscos.

—¿Incluidos los carabineros a la plancha?

—Incluidos, pesao. Venga, dilo; que si no, me largo.

—¡Renuncio a todo tipo de mariscos, incluidos los carabineros a la plancha!

—¡Así me gusta!

—¿Pero entonces qué voy a comer?

—¡Uy, muchisísimas cosas que a lo mejor no has ni probado! Por ejemplo, endibias.

—¡Menos mal! ¡Estoy salvao! ¿Y no hay licencia, al menos una vez al año, para comer chuletas a la parrilla a la puerta la bodega?

—¡Ni se te ocurra!
 
—Por lo menos serás cariñosa, ¿no, maja?

—¡Uy! ¡Te voy a matar de cariño, majo! ¡No vas a echar de menos la carne!

—¡Más me vale!

No hay comentarios: