Sonrisas hechas a
fuego lento,
promesas ante
notario,
besos apasionados bajo
la llovizna,
caricias con el
alma desmayada,
amor, mucho amor, contra
viento y marea.
¡No dirás que fue poca
cosa
lo que te ofrecí en
primavera!
Sueños de vivos
colores,
ternura desde la
alborada,
entusiasmo durante
todo el día,
risas en bañador,
vida, vida plena, entre
las manos.
¡No dirás que fue poca
cosa
lo que te entregué en el
verano!
Senderos hacia un
futuro apacible,
excursiones hasta
tus cielos predilectos,
vivencias avivadas mediante
el cariño,
certezas para una
vida serena,
paseos íntimos por
nuestros ojos.
¡No dirás que fue poca
cosa
lo que te propuse en
otoño!
Atardeceres según
lo acordado,
entrega sin demandas
ni reproches,
ilusiones frescas sobre
la almohada
y calma tras el
silencio.
¿Qué más necesitas,
amor mío,
para pasar el
invierno?
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