Por influjo de otras tradiciones poéticas han penetrado en el castellano formas extrañas en principio a nuestra lírica, como es el caso del haiku, de procedencia japonesa. Consiste en un poema breve de diecisiete moras o sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas, respectivamente. Sobre esta configuración clásica los poetas hacen variaciones a su conveniencia, como es mi caso. Para mí lo más importante es el sentido básico de esta forma poética: expresar una emoción íntima vinculada a la contemplación del paisaje o al momento particular del día.
1
(12 de marzo de 2025)
Lluvia y más lluvia:
una tarde perfecta
para leer sonetos.
2
Piso los charcos.
Me lleva el pensamiento
otra vez a la infancia.
Otra vez niño
jugando con la lluvia.
No hacen falta paraguas.
3
¡Que nunca escampe!
Por mí que llueva
hasta que nade el aire.
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