El corazón me vuela y me naufraga,
el alma me bucea y me zozobra,
mi sangre es el veneno de la cobra,
es mi aliento la espina de la aulaga.
La culpa es del amor, dorada daga,
que apuñala a traición con su zozobra,
que pierde tu esperanza y la recobra,
que destruye la calma y que la estraga.
Obligado a vivir en carne viva,
en hueso visto, en alma evaporada,
con la boca reseca y sin saliva,
soy la noche que busca su alborada,
soy el alba que flota a la deriva,
soy el todo que alterna con la nada.
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