¡Acusáis que el amor os ha robado!
¿Y qué teníais antes que llegara?
El corazón baldío y mala cara,
la misma que al marcharse os ha dejado.
Pero mientras duró pintó sonrisas
en vuestros rostros, que eran solo eriales,
y os quitó cien penurias y cien males
con los mil cascabeles de sus risas.
Ya sabíais que no es perpetuo, eterno,
que es un trozo de cielo en el infierno,
una luz incrustada en la negrura.
Sabíais que lo bueno poco dura;
y vuestro amor, tan frágil y tan tierno,
murió con la primera calentura.
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