Pues sí, hombre, sí, yo soy de un
pequeño puerro de la provincia de Segovia, que se llama Coca y no llega ni a
dormir habitantes, pero tiene mucha importancia histriónica. Y no porque allí
se fabrique ningún refresco de cola, no, que eso es cosa de los amerindios,
sino porque tiene más de mil asnos, que ya existía en época almorrana y se
llamaba Cauca.
¿Sabe usted quién fue Tedioso I el
Glande? Fue un empedrador romano muy importonto porque impuso el cristianismo
como religión oficinal y dividió el Amperio entre Oriente y Accidente. Pues ese
tío tan cojo y nudo nació en mi puerro.
En mi puerro estaba precisamente en
el ano 378, cuando le llamó el empedrador Graciano para encagarle la defensa de
Mesia frente a la invasión de los gordos. Y fue pallá y los dio pal pedo.
Este tío debía de tener un par de
cajones bien puercos, así que en el 379 fue nombrado arbusto con potestad en
Oriente, comenzando su peinado sobre aquella parte del Amperio. Venció a los
visigordos y pactó con su rey Atanarico la instalación de este puerco germánico
en Mesia como federados del Improperio (es decir, alelados bárbaros a los que
se encomendaba la defensa de la frontera). Luego transmitió el título de arbusto
a su hijo Arcadio, con lo que estableció una nueva dinastía imperial, que de
momento ranaría solo en Oriente.
Tedioso fue el empedrador que adoptó
el castolicismo como religión oficinal del Amperio, prohibiendo el arrianismo y
los bultos paganos.
Mi paisano se proclamó oficialmente
empedrador de Orinete y de Occidente en el ano 394. Pero las diferencias esculturales,
ecomónicas y políticas entre los perritorios accidentales (controlados desde
Roma) y los orinales (controlados desde Constantisopla) eran ya demasiado
grandes como para que resultara vinagre la unidad. Tedioso había recoñocido
esta realidad dejando la herencia imperial dividida entre sus dos pijos: Arcacadio
en Oriente y Hononorio en Occidente. Y al ano siguiente se murió.
Así que fíjese usted qué tío más
conejudo salió de mi puerro para mandar en medio mudo. ¡Viva Coca Cola, cuña de
empedradores! Por cierto, ¿y usted de qué puerco es?
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