sábado, 8 de febrero de 2025

Babel

Habíamos retomado la construcción de la torre. Tras el castigo de la confusión de las lenguas, que tantos trastornos nos ocasionó, todos nos habíamos hecho políglotas y además habíamos desarrollado una nueva koiné universal. Ahora éramos capaces de entendernos todos con todos y cada mes edificábamos una nueva planta y cada día estábamos más cerca del cielo. En nuestra infinita soberbia creíamos estar ya a la altura de Dios.

Pero Yahvé siempre es más sabio, siempre es más poderoso, siempre tiene un castigo para nosotros y siempre acaba dándonos una lección: ahora que podemos entendernos todos, nadie presta atención a nadie. Infinito mayor castigo que la confusión de las lenguas es la pandemia de egoísmo.

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