Hacerse viejo debería servir
para hacerse más sabio, más generoso,
más afable, más tolerante.
Si cada vez te vuelves más morugo,
más gruñón, más egoísta,
más intransigente y más mezquino,
no es que te estés haciendo viejo,
es que ya has empezado a morirte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario