sábado, 4 de octubre de 2025

24:00 (Nocturno)

Son las 12 en punto de la noche. Aledaños de una macrodiscoteca de polígono industrial. El hombre lobo tiene los labios manchados de sangre. A sus pies yace una cenicienta ya da igual si rubia. El joven levanta los ojos a la luna y, como pidiéndola cuentas, la hace una pregunta de orden metafísico, que es a la vez queja y súplica: “¿Cuándo podré yo enamorarme de verdad y saciarme con el agua de los besos en vez de con la sangre de la aorta?”. Luego llora de impotencia, de remordimiento y de rabia. 

La luna le contempla. Ha escuchado sus pensamientos, pero no puede compadecerle porque su crueldad es inmarcesible, ya que arrastra en su rotación un resentimiento telúrico. Por eso contesta para sí con astronómico desaliento: “¡Cuando brille mi esfera con luz propia!”.


martes, 30 de septiembre de 2025

AQUÍ NO PINTAMOS NADA

Vámonos al bar de Toño

a tomarnos unas cañas

con un pincho de tortilla

y dos raciones de bravas.

Vámonos al bar de Toño,

que pone muy buenas tapas.

Vámonos al bar de Toño,

que aquí no pintamos nada.

 

Vámonos a la verbena

a bailar con las chavalas

el pasodoble y la cumbia,

el merengue y la bachata.

Vámonos a la verbena,

que la orquesta está en la plaza.

Vámonos a la verbena,

que aquí no pintamos nada.

 

Vámonos al aeropuerto

a ver llegar los aviones

que vienen de Buenos Aires

y de París y de Londres.

Vámonos al aeropuerto,

al aeropuerto de Barajas.

Vámonos al aeropuerto,

que aquí no pintamos nada.

 

Vámonos a la otra punta,

a la otra punta del planeta;

si queréis vamos en moto,

si queréis en bicicleta.

Vámonos a la otra punta,

vamos a Nueva Zelanda.

Vámonos a la otra punta,

que aquí no pintamos nada.

viernes, 26 de septiembre de 2025

Muerte de José Antonio (20 de noviembre de 1936)

José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, Marqués de Estella, Grande de España, primogénito del primer dictador de España, fundador de la Falange Española y primer fascista de España, es condenado en Madrid a cinco años de prisión por desacato y atentado a la autoridad, tras haber insultado y amenazado a los jueces que lo habían condenado a cinco meses de prisión por tenencia ilícita de armas. 

En la noche del 5 al 6 de junio de 1936 se le traslada a la cárcel provincial de Alicante. Estando allí preso el 18 de julio, fecha del Alzamiento para unos y del golpe de Estado para otros, es juzgado por los delitos de conspiración y rebelión militar contra el Gobierno de la Segunda República. El jurado, integrado por 14 miembros, tras 4 horas de deliberación, pronuncia veredicto de culpabilidad. José Antonio es condenado a muerte.

En la Madrugada del 20 de noviembre, sacan al patio nº 5 a José Antonio y a los “cuatro mártires de Novelda”, dos falangistas y dos carlistas locales que van a ser fusilados junto a él. José Antonio se acerca a los soldados que van a fusilarle. Quiere convencerlos de que no lo hagan, les dice que no es su enemigo, aunque la guerra ya ha estallado y él es rebelde y ellos republicanos. Un soldado le replica: “¡Déjanos en paz! Necesitamos cumplir lo que nos está ordenado. No sabemos si eres bueno o eres malo. Solo sabemos que tenemos que obedecer”. 

José Antonio cae abatido por las balas refrendando su credo político con los gritos de “¡Viva España!” y “¡Arriba España!”. El miliciano Guillermo Toscano, que lleva pistola, es el encargado de darle el tiro de gracia, con la consiguiente algaraza de los allí presentes, unas 40 personas entre pelotón de ejecución y espectadores.

El piquete de fusilamiento, al mando del sargento Juan José González Vázquez, lo componían 14 personas, entre milicianos anarquistas y comunistas, soldados y policías. 14 fusileros que ejecutaron cada uno hasta 6 descargas a 3 metros de distancia, es decir, a bocajarro, con su Mauser modelo Oviedo 1916, cuyo alcance eficaz era de 2.000 metros, nada menos. Las cinco víctimas fueron acribilladas con más de ochenta disparos, recibiendo cada una alrededor de dieciséis impactos. José Antonio algunos más. Él se lleva la palma.  Su cadáver, sin certificado de defunción, es depositado en un nicho del cementerio de Alicante.

El gobierno de la República da noticia de su muerte, pero en el bando rebelde Franco la oculta para usarla a su conveniencia y no se la revela ni a la doliente María Santos Kant, que le escribe una dolorosa misiva pidiéndole información sobre el paradero de su novio. "El general no sabe nada directamente relativo a la suerte de dicho señor", es la respuesta mentirosa.

El astuto y malicioso general no difunde la noticia de la muerte de José Antonio hasta dos años más tarde, el 18 de julio de 1938, coincidiendo con el doble aniversario del Alzamiento. Entonces le proclama “Mártir Glorioso de la Cruzada” y basta con su solo nombre, sin apellidos, para identificarle. Solo hay un José Antonio. Luego, cuando Franco gana la guerra, habrá muchos. Hay que poner a los recién nacidos nombres patrióticos, aunque solo sea para evitar problemas con el Régimen. ¿Quién no tiene en la familia un José Antonio?

En 1939, con la Guerra ya ganada, Franco ordena el traslado del cuerpo desde el nicho del cementerio de Alicante hasta el cementerio de El Escorial y hace coincidir su comienzo con el 20 de noviembre, tercer aniversario de la ejecución. El traslado se hace a pie, con el féretro a hombros de comitivas de falangistas que se turnan día y noche a lo largo de los 500 kilómetros del recorrido. Tras 10 días de viaje, el general Franco recibe el cuerpo de José Antonio y coloca junto a él las flores que le envían Adolf Hitler y Benito Mussolini, como corresponde al mayor mártir del fascismo.

En mi niñez el nombre de José Antonio figuraba el primero y el más grande en la lápida de “Caídos por Dios y por la Patria” colocada por el Régimen en la pared de todas las iglesias. Su nombre encabezaba la lista de los muertos de cada pueblo caídos durante la Guerra Civil, y pertenecientes al bando nacional, claro. Los otros ya tenían sus fosas comunes y sus cunetas.

Por lo visto, José Antonio había nacido en todos los pueblos de España y estaba enterrado en todos sus cementerios. Artimañas del adoctrinamiento. Por él se rezaba en todas las iglesias. José Antonio era España. Mártir nº 1 de España y modelo e inspiración para todos los patriotas españoles.

Pero José Antonio ya no está enterrado en todas las iglesias. Estuvo enterrado durante 64 años en un lugar preeminente dentro de la Basílica del que unos llaman Valle de los Caídos y otros Valle de Cuelgamuros, bajo la Gran Cruz. 64 años nada menos, desde 1959 en que se le trasladó allí desde el cementerio de El Escorial, hasta 2023, en que, aunque muerto, tuvo que cumplir a la fuerza la ley, que tanto se le resistió en vida; en este caso la Ley de Memoria Histórica. Hoy sus restos reposan mucho más tranquilos y discretos en la tumba familiar del cementerio de San Isidro, en Madrid.

Sigue habiendo españoles, no sé si sigue habiendo patriotas. Sé que hoy en día muchos españoles no saben ni quién fue José Antonio. Y sé que en la actualidad entre los españoles hay bastantes más Antoniosjosés que Joseantonios.

A mí, que no escurro el bulto, como español y a lo mejor como patriota, me avergüenzan tanto la vida como la muerte de José Antonio. La vida, porque fue la de un conspirador y un golpista, la de un señorito que aspiraba al poder sin reparar en métodos. Y la muerte, porque lo fusilaron de mala manera otros que podían haber sido mejores que él y no lo fueron.

Y en ello se resume nuestra asquerosa guerra civil. Y en su vida y en su muerte quedan retratados ambos bandos.  

 

miércoles, 24 de septiembre de 2025

El poeta habla al amor y le pone condiciones (soneto)

 

Si vienes a poner una sonrisa

en quien no encuentra encanto a la tristeza,

ya estás tardando, ven a toda prisa,

que te recibiré sin aspereza.

 

Si vienes a llenarme la cabeza

de sueños que no se hagan desengaño,

apresúrate, ven con ligereza,

si no vienes a hacerme ningún daño.

 

Pero si vas a darme cruel tormento,

a llenarme la casa de amargura,

a penar a lo largo del camino,

 

márchate en cualquier ráfaga de viento,

piérdete en la tiniebla más oscura,

crúzate con cualquier otro destino.

domingo, 21 de septiembre de 2025

Highway To Heaven

De rodillas ante el Señor, Magnífico En Toda Su Furia, cuatro greñudos desmelenados sudan la gota gorda y aguantan el rapapolvos, sus albas túnicas trocadas en chupas de cuero rematadas con tachuelas, pantalones vaqueros de pitillo, zapatillas de deporte y en la solapa una chapita de Led Zeppelin. La bronca fue monumental:

—…Que parece que no tenéis ni dos dedos de frente, ¡hostias! ¡Y que no os vuelva a ver yo con estas pintas cutres! ¡Os quiero inmaculados, como os creé al principio de los tiempos! —concluyó el Señor con el ceño fruncido sobre su único ojo y la blanca barba erizada de cólera. Jesucristo les miraba con cierta conmiseración, porque es más moderno que su Padre y le gusta el rock (sabe que no es la música del Diablo) y el Espíritu Santo revoloteaba por allí pero no dijo ni pío.

Al cerrar tras de sí las puertas de la Gloria, “Joder, troncos —les dijo a sus colegas el que era custodio del batería—, a la letra de esta percata tan bestial que nos acaba de echar el Menda Supremo le metemos una percusión de la Hostia y un riff de guitarra de Dios te ampare y nos queda un tema heavy metal del copón para el concierto que tenemos que dar el sábado en las fiestas de Los Ángeles de San Rafael. Yo le titularía Ni dos dedos de frente”. ¿Qué os parece?”

— ¡Como Dios! —contestaron al unísono los otros tres.

TREN DE CERCANÍAS

 


No veo ángeles de la guarda.

No veo aquí sentados demonios tentadores.

Solo veo gente que viaja,

gente que va a Madrid.

¿A qué irá toda esta gente a Madrid

un viernes a media mañana?

 

Ir a Madrid era para mí un suplicio cotidiano

cuando era un Sísifo estudiante

y tenía que ir cada mañana a la facultad de filología.

Ahora ya, 35 años después y jubilado,

cojo el tren por placer, viajo tranquilo,

igual da si llego a y veinte que a menos cuarto:

la mañana es para mí y mis ocios.

Seguro que de todos estos pasajeros

soy el único que va a comprar entradas para el teatro.

 

Aquí viaja el chaval hispano que escucha música

a todas horas

y las dos moritas que van con el carro de la compra,

seguramente a algún mercadillo

donde todo sea más barato.

Hay jóvenes y viejos.

los viejos tal vez irán a sus consultas médicas

a que les revisen su taleguilla de achaques.

Los jóvenes, a sus trabajos

o a sus estudios

(pero no veo libros, ¿los llevarán en la mochila?).

Casi todos van con su mochila a cuestas

y su móvil en la mano.

Sólo yo me he traído un libro, que no leo

porque descubro que es mucho más interesante

observar a la gente y especular sobre sus vidas.

 

En el vagón algunos leen, pero en el móvil;

otros en el móvil ven vídeos o series,

otros escuchan música.

Algunos, con el pinganillo puesto, hablan

interminablemente

con gentes que estarán al otro lado:

al otro lado de la línea,

al otro lado de la vía,

al otro lado de la ciudad,

tal vez al otro lado del océano.

 

El viaje en el tren de cercanías es un doble viaje:

el viaje a tu destino de Recoletos y el viaje

de ir viajando por la vida tuya y de todas estas gentes

sobre cuyas vidas curioseas.

Te fijas y tratas de diferenciar

entre la negra latina y la negra africana

(creo que esta última es un poco más negra

y más azul).

Intentas discernir si esa mujer,

que claramente es del este,

es búlgara, rumana, polaca, ucraniana o rusa.

A ver si habla en su idioma

y algo deducimos por el acento,

aunque no estamos muy versados en lenguas.

Los españoles somos cuatro. Tenemos otra pinta.

Pinta, pinta, gorgorinta.

 

Esta composición multirracial de los vagones

y de la vida

me parece a mí ahora

(porque en mi juventud no la había)

un chollo para los jóvenes que buscan novia,

pues la pueden escoger a su gusto de cualquier raza,

o probar de todas las razas

a ver cuál es la que más les satisface.

Muchachas hermosas de todas las razas

están al alcance de los ojos y del corazón.

A mí me hubiera gustado tener una novia morita

que se llamase Axa o Fátima o Marién,

aunque no fuese de Jaén,

pero nunca he tenido corazón más que para mi Lola,

y no porque mi corazón sea pequeño,

sino porque mi Lola es infinita.

 

Ahora pasa un hombre de vagón en vagón

vendiendo su miseria en forma de chupachups.

En Zarzaquemada monta más gente

que la que ya venía en el vagón,

tanta que casi se llena.

Una señora mayor pregunta

a dónde va este tren.

Una chica la advierte de que se ha equivocado

de dirección.

¡Qué miedo ser viejo! Da más miedo

que morirse.

Ahora sí que percibo algún demonio.

Ahora sí que presiento algún ángel guardián.

Pero no son míos. Para mi bien

y para mi mal, hace ya casi medio siglo

que renuncié al Paraíso

para escapar de todos los infiernos.

 

Son las 11 de la mañana y hace 24 grados,

según el panel luminoso de “próxima estación”.

Estamos a 19 de septiembre,

así que próxima estación el otoño.

Yo me bajo en el otoño.

El otoño es la estación más bonita del año

hasta que llega el invierno.

La manía de los juegos de palabras

no se me quita ni con estropajo de aluminio.

 

Acaba de montar una chica

que, en vez de llevar los pendientes en las orejas,

los lleva en las narices y en los labios.

Aunque es guapa,

a mí no me darían ganas de besarla,

el jugoso y tibio labio pervertido

en quincalla canalla.

 

En fin, se anuncia Atocha.

Os dejo, que tengo que hacer trasbordo.

 

sábado, 13 de septiembre de 2025

Música extremada, 2: Terapia de boleros

“No merezco escuchar más que boleros”, se dijo; tal era su abatimiento y tan baja se le había quedado la autoestima tras el traspié que había dado con Azucena, pues bailando un agarrado en la verbena se le había escapado la mano al culo mientras la arrimaba la cebolleta; y ella, que todavía no estaba preparada ni psicológica ni eróticamente para recibir caricias a sotavento y presiones pélvicas, le había arreado un sopapo de los de aúpa en mitad de la plaza y le había dejado allí plantado y con cara de pasmo tras llamarle “asqueroso”, no una, sino tres veces, delante de todo el pueblo, que hasta el vocalista de la orquesta se quedó con la boca abierta, pero tan abierta que se le encajó la mandíbula y luego no podía ni cerrarla para seguir cantando y por poco se acaba allí la función.

Mientras escuchaba de fondo la pachanga de la plaza, puso en su viejo equipo Akai M-640 un CD de Machín en la opción de reproducción en bucle y se apoltronó en el sillón, mortificándose horas y horas de remordimiento y compás, pensando en su Azucena, que tal vez se le hubiese deshojado ya para siempre por culpa de su maldito arrebato erótico, y dejando que le macerase lentamente el alma con el eficaz adobo sentimental de la letra y la música de Toda una vida.

jueves, 11 de septiembre de 2025

El poeta arremete contra la ingratitud de los desamorados (Soneto)

¡Acusáis que el amor os ha robado!

¿Y qué teníais antes que llegara?

El corazón baldío y mala cara,

la misma que al marcharse os ha dejado.

 

Pero mientras duró pintó sonrisas

en vuestros rostros, que eran solo eriales,

y os quitó cien penurias y cien males

con los mil cascabeles de sus risas.

 

Ya sabíais que no es perpetuo, eterno,

que es un trozo de cielo en el infierno,

una luz incrustada en la negrura.

 

Sabíais que lo bueno poco dura;

y vuestro amor, tan frágil y tan tierno,

murió con la primera calentura.

domingo, 7 de septiembre de 2025

Cuento chino


El joven Ching Hao fue rechazado por la bella Sheo Lin, la de alondras en los labios, y de resultas de su amargo desengaño se hizo filósofo y escribió 1.200 aforismos contra el amor. Gracias a ellos alcanzó notoriedad en toda china e influyó decisivamente en la mentalidad amorosa de su pueblo durante casi un siglo, hasta que subió al trono el emperador Shien Hu, el enamoradizo, y los hizo destruir y borró su rastro y persiguió su memoria, de modo que hoy, muchas dinastías después, nadie recuerda ni uno solo de ellos, y sí, en cambio, aquel que el Emperador hizo figurar en el Pórtico de la Verdad: “Eres un dragón y no una culebra: ama y deja de arrastrarte”.

viernes, 5 de septiembre de 2025

AMAR EL MAR (canción de ausencia para el final del verano)

 

Amar el mar,

soñar las olas

que prometen efímeros besos,

besos que, como ellas,

vienen

y al punto se van;

dejarse acariciar en la siesta

por el recuerdo de la brisa

orlada de gaviotas.

 

Amar el mar,

volver a su orilla

y encontrar alguna mañana,

entre los despojos

que la resaca deja en la playa,

tu amor

de vuelta,

aquel que se llevó la marea

en cuanto me interné terruño adentro.

jueves, 28 de agosto de 2025

VERBENA

 


No quiero ser yo el cenizo

que ponga fin a la fiesta:

si hay que bailar se baila

hasta cansar a la orquesta.

 

La orquesta toca muy bien

porque tiene mucho oficio,

y no como nosotros,

que bailamos de puro vicio.

 

Yo bailo a mi propio estilo

y así no me equivoco,

que quiero bailar la rumba

y me sale el pasoloco.

 

Y mientras bailo sin compás

miro con disimulo:

¡Jolín, qué bien menean

las chicas todas el culo!

lunes, 25 de agosto de 2025

Muerte de Hitler

El caudillo redentorista que arengaba a las masas encumbrado en un pedestal de delirios esconde ahora la cabeza en las profundidades de un búnker hecho a la medida de su ignominia. En él debe sentirse como en el paraíso, pues allí no hay judíos ni gitanos ni homosexuales ni discapacitados ni comunistas ni disidentes. Allí le rodean sus sirvientes, sus asistentes y sus correligionarios nazis más leales.

Quería mandar en el mundo y ya solo manda en el führerbunker. Ya sabe que ha perdido la guerra. Ya sabe que Himmler ha ofrecido a los Aliados la rendición y se siente traicionado. Ya sabe que Berlín ha sido ocupada y que el Ejército Rojo prepara el asalto a la Cancillería del Reich. Ya sabe que a Mussolini le han colgado por las patas los partisanos comunistas y han hecho escarnio con su cadáver, descuartizándolo y arrojándolo entre burlas a una alcantarilla. No quiere correr la misma suerte. Ya sabe que tiene que morir o afrontar las mayores indignidades de aquellos a los que odia y desprecia.

Decide morir, pero duda de las cápsulas de cianuro que le proporciona el médico de las SS y le da una a su perra Blondi, que muere al poco tiempo. Entonces prepara ya su final. Esa misma noche del 29 de abril de 1945 se casa con su amante Eva Braun —¿para qué? ¿para obligarla a suicidarse con él?—. Luego dicta a su secretaria su última voluntad y su testamento y hacia las 4 de la madrugada se retira a dormir. Al día siguiente, 30 de abril, tras el almuerzo, se despide del personal y ocupantes del führerbunker y entra con su reciente esposa en su estudio personal. Se oye un disparo. El ayudante personal de Hitler, Otto Günsche, entra al estudio y encuentra los dos cuerpos sin vida en el sofá. Eva yace con la mueca del cianuro en el rostro. Hitler se ha disparado en la sien derecha con su pistola PPK 7.65, que se encuentra a sus pies. Siguiendo las instrucciones escritas y verbales que el propio Hitler le ha dado, Otto se encarga de que los dos cuerpos sean llevados escaleras arriba y sacados por la salida de emergencia del búnker al jardín de la Cancillería del Reich, donde son quemados con gasolina y finalmente enterrados en el cráter de una bomba rusa que allí había caído recientemente.

Así acaban los delirios de grandeza de los psicópatas. Así concluyen los despropósitos de los dementes. El asesino se suicida. Pero ha causado la muerte de 17 millones de personas y no puede redimirlas con su sola muerte. No puede. No podría aunque resucitara y se volviera a suicidar 17 millones de veces seguidas.

domingo, 24 de agosto de 2025

POÉTICA

 


El poeta vive en las palabras

y con palabras acepta la muerte.

 

Sabe que decir “Te quiero”

es la forma más sencilla de amar;

y tragarse las palabras de odio,

el más generoso modo de perdón.

 

Palabra a palabra se yergue

su columna vertebral.

Si a un poeta le quitas las palabras

se desploma como si no tuviera huesos.

 

Ante una palabra reveladora

el poeta se queda embelesado,

absorto, temblando de emoción.

La inhala y la diluye en su sangre

y la integra en el magma de su alma;

y esa palabra, junto con otras, es parte de sí,

es él, porque él es un ser de palabras.

 

Si pudierais ver todas las palabras

que le corren a un poeta por las venas,

diríais: “¿Es esto sangre

o es un océano rojo de verbo?”

 

Como pez en el agua está el poeta

entre sus palabras.

Coge, por ejemplo, la palabra “bruma”

y se la pone en los labios y la besa

y se la lleva al paladar y la degusta

y el corazón le brinca de contento.

Como un cabritillo

trisca entre las palabras el poeta.

 

Pero el poeta verdadero no escupe

de su boca las palabras amargas

que le escuecen.

La poesía no es un juego

del que uno se retira cuando pierde.

Es una expresión excelsa de la vida

y si la vida se manifiesta

en toda su crudeza

hay que tragarse y digerir

todas esas palabras aciagas

que se nos pegan al ser

y también somos.

 

Y mientras otros, que no son poetas,

pervierten las palabras

y las usan para enmascarar el mundo,

el poeta, que no tiene más que un rostro,

desvela con ellas su mundo

sin engañar a nadie.

jueves, 21 de agosto de 2025

Muerte de Gengis Kan

Bendito año de 1227. Por fin la Parca se lleva a sus reinos a Temuyín, su ejecutor más eficiente, causante de la muerte de 40 millones de seres humanos, de los que nos descartó ni a ancianos ni a mujeres ni a niños.

El autoproclamado Gengis Kan, Rey del Orbe, pretendió unificar toda la tierra bajo su mandato y en ese empeño megalómano fue arrasando campos y asaltando ciudades campaña militar tras campaña militar hasta adueñarse de un inmenso imperio, el más extenso que la historia ha conocido; un imperio, eso sí, conquistado sin piedad a fuego y sangre, construido mediante la destrucción, fundamentado en la masacre. Para segar la vida de 40 millones de personas nada como la guerra.

Ahora el guerrero descansa en paz. O eso pretende. Para que nadie turbe su reposo, para que nadie profane su tumba, dejó decretado que el lugar de su enterramiento fuera secreto y dictó órdenes precisas para ello. Una comitiva funeraria de dos mil esclavos, escoltada por mil aguerridos jinetes, traslada el cuerpo desde Xia Occidental, donde Gengis Kan ha muerto de peste bubónica, hasta Mongolia, su patria. Para que no quede vestigio de su paso, los mil despiadados guerreros van aniquilando a todo aquel que tiene la desgracia de cruzarse en su camino, ya sea hombre o mujer, niño o anciano.

Llegados al destino, se inicia la ceremonia fúnebre. 40 caballos y 40 doncellas son sacrificadas para honrar al difunto y enterradas junto a su cadáver. Una vez sellado el sepulcro y celebradas las honras fúnebres, la escolta de mil guerreros cumple su cometido, que es aniquilar a todos los asistentes a la ceremonia, desde los constructores de la necrópolis hasta los enterradores, sacerdotes y dignatarios asistentes, junto a los dos mil esclavos de la comitiva. Así nadie podrá desvelar el emplazamiento de la tumba. Solo ellos. 

Pero ellos tienen órdenes muy precisas y han sido escogidos por su lealtad inquebrantable. Galopan con sus mil caballos por toda el área durante lo que queda del día y toda la noche hasta el amanecer para apelmazar la tierra y que no quede ni el más mínimo vestigio de la tumba. Luego se alejan cabalgando durante otro día entero hasta hallar un bosquecillo que parece un oasis en medio de la estepa y al anochecer se internan en él y se inmolan en grupo, llevándose con ellos el secreto del enterramiento.

Hicieron bien su trabajo. Ni los profanadores de tumbas que anhelan los tesoros del ajuar funerario ni los historiadores y arqueólogos que buscan la fama científica han logrado dar con el cadáver del más cruel y mayor proveedor de cadáveres de toda la historia de la Humanidad. O Inhumanidad.

domingo, 17 de agosto de 2025

El empedrador tedioso


Pues sí, hombre, sí, yo soy de un pequeño puerro de la provincia de Segovia, que se llama Coca y no llega ni a dormir habitantes, pero tiene mucha importancia histriónica. Y no porque allí se fabrique ningún refresco de cola, no, que eso es cosa de los amerindios, sino porque tiene más de mil asnos, que ya existía en época almorrana y se llamaba Cauca.

 

¿Sabe usted quién fue Tedioso I el Glande? Fue un empedrador romano muy importonto porque impuso el cristianismo como religión oficinal y dividió el Amperio entre Oriente y Accidente. Pues ese tío tan cojo y nudo nació en mi puerro.

 

En mi puerro estaba precisamente en el ano 378, cuando le llamó el empedrador Graciano para encagarle la defensa de Mesia frente a la invasión de los gordos. Y fue pallá y los dio pal pedo.

 

Este tío debía de tener un par de cajones bien puercos, así que en el 379 fue nombrado arbusto con potestad en Oriente, comenzando su peinado sobre aquella parte del Amperio. Venció a los visigordos y pactó con su rey Atanarico la instalación de este puerco germánico en Mesia como federados del Improperio (es decir, alelados bárbaros a los que se encomendaba la defensa de la frontera). Luego transmitió el título de arbusto a su hijo Arcadio, con lo que estableció una nueva dinastía imperial, que de momento ranaría solo en Oriente.

 

Tedioso fue el empedrador que adoptó el castolicismo como religión oficinal del Amperio, prohibiendo el arrianismo y los bultos paganos.

 

Mi paisano se proclamó oficialmente empedrador de Orinete y de Occidente en el ano 394. Pero las diferencias esculturales, ecomónicas y políticas entre los perritorios accidentales (controlados desde Roma) y los orinales (controlados desde Constantisopla) eran ya demasiado grandes como para que resultara vinagre la unidad. Tedioso había recoñocido esta realidad dejando la herencia imperial dividida entre sus dos pijos: Arcacadio en Oriente y Hononorio en Occidente. Y al ano siguiente se murió.

 

Así que fíjese usted qué tío más conejudo salió de mi puerro para mandar en medio mudo. ¡Viva Coca Cola, cuña de empedradores! Por cierto, ¿y usted de qué puerco es?

sábado, 16 de agosto de 2025

PUTO MUNDO

 


Y esto es lo malo del puto mundo:


que solo se pueden compartir la prosperidad y la dicha con los generosos para que no te esquilmen los aprovechados,

 

que solo se puede amar a los amables para que los odiosos no pudran todo tu amor en tres segundos,

 

que solo se puede vivir en paz con los pacíficos porque los violentos te llevarán antes o después al conflicto y convertirán la convivencia en una guerra perpetua,

 

que solo se puede confiar en los honrados, que son tan pocos, a menos que uno quiera estar a merced de los estafadores, que tantos son;

 

que hay que escoger a los amigos con microscopio para no infectarse de parásitos y para que sirvan también los días laborables y no solo los fines de semana.

 

Pero qué hacemos con tanto avaricioso que anda suelto y maquinando a ver cómo nos roba la calidad de vida y la esperanza,

 

qué hacemos con tanto fanático que nos quiere someter a su conciencia pulverizando la nuestra, y con tanto intransigente que nos recrimina nuestra manera de vivir y nos juzga y nos sojuzga,

 

qué hacemos con tanto insociable insaciable que no se cansa de incendiar la convivencia y goza con el desorden y se recrea en el caos,

 

qué hacemos con tanto delincuente de barrio bajo y tanto sinvergüenza de coche oficial que estando a nuestro servicio se sirve de nosotros para asegurar el patrimonio de sus tataranietos a costa del futuro de nuestros hijos,

 

qué hacemos con tanto corrupto que nos esquilma la vida, qué hacemos, ¡pordiós!, qué hacemos si no queremos convertirnos en criminales, qué narices podemos hacer si cuanto mejor persona intenta ser uno más indefenso y desvalido se encuentra en este puto mundo al que nadie redime.

 

viernes, 8 de agosto de 2025

Luciérnaga


En la lejanía brillaba una estrella y yo la miraba cada día desde el porche. Soñaba.

Hasta que una noche un destello diminuto apareció entre la yedra de mi jardín. Era una luciérnaga y pude cogerla y tenerla entre mis manos.

Cada noche salgo ahora al jardín mirando entre la vegetación a ver por dónde anda mi luciérnaga. Prefiero una luz más pequeña, pero viva, a una estrella lejana que sé que se apagó hace millones de años.


DÍA CONTRA DÍA

 


            Día contra día

            voy viviendo poco a poco,

            racionando la alegría

            para no volverme loco.

 

            Minuto contra minuto

            respiro sin hacer ruido,

            no se despierte ese bruto

            al que por fin he dormido.

 

            Y aunque me veáis ajeno

            al barullo del mundo,

            mi corazón late pleno

            segundo contra segundo.


sábado, 2 de agosto de 2025

Conversación en la librería Visor

—Buenos días. Buscaba algo de poesía actual, pero de calidad, no esas moñerías que han puesto de moda los advenedizos de instagram y otras redes sociales, que quieren hacer poesía diciendo cuatro bobadas en lenguaje coloquial sobre cualquier tontería de la mañana o de la tarde, sin transcendencia ninguna, como el vuelo de una mosca.

—Hombre, del vuelo de una mosca hizo un poema muy bueno Antonio Machado.

—¡Toma ya! Es que don Antonio era un poeta de categoría. Don Antonio Machado podía hacer un poema sobre las moscas y hasta sobre los insecticidas si le diera la gana, y sería bueno. Estos quieren hacer poemas de la colonia que se echan por la mañana y del cafelito que se toman a media tarde y eso no puede ser, narices. La poesía tiene que llevar en su seno algo de transcendencia; si no, es vulgar conversación en formato monólogo. Estos escriben, los mejores, como si estuvieran hablando con su abuela mientras hace ganchillo, y los peores, como si estuvieran de cháchara por teléfono con su prima Mari. Yo busco algo con más enjundia. ¿Lo tiene usted?

—¿Conoce a Eduardo Rico?

—Conozco a Francisco Rico, por su Historia y crítica de la literatura española, en 9 volúmenes, más 9 suplementos, que me tocó estudiar en la carrera, que hice filología hispánica. Ahí la tengo en casa, en sitio de honor en la librería del salón.

—No, este también es Rico, pero de otra familia más pobre.

—Cuénteme.

—Acaba de publicar un poemario buenísimo que se titula El ángel bicéfalo. Yo lo leí anoche y todavía estoy impactado. Si a usted le gustan las imágenes audaces, pero con fundamento, este es su poeta.

—Imagino que las imágenes son lo que más me gusta en poesía. En poesía sin imaginación y sin imágenes no hay más que lo que decíamos antes, la tontería de la obviedad de la expresión directa de lo cotidiado, como por ejemplo:

        Qué rico me sabe este cafelito que bebo a sorbitos

        mientras contemplo a sorbitos también

        tus ojitos de color café con miel.

—Sí, vomitivo la verdad. Dan ganas de no volver a probar el café. Y de no volver a mirar a nadie a los ojos.

—Pues claro, hombre.

—Pues nada, llévese usted El ángel bicéfalo. Y si no le gusta, quéjese al autor, que pone en el libro su correo electrónico (no sé si el suyo o el de su pez) porque le gusta el trato directo con el lector. Aunque ya le digo yo que si no le gusta este poemario, retírese usted ya de una vez por todas de la poesía, porque no va a encontrar nada mejor.

—Hosti, me pone usted encima una espada de Damocles pistonuda.

—No se preocupe, hombre, que le va a encantar.

—Dios le oiga, porque estoy ya un poco desesperado de tanto leer morralla.

—Aquí le tiene. ¿Se le envuelvo?

—No hace falta. Esto me lo leo yo en el metro de aquí a mi casa. Y si me gusta, ya lo releo de madrugada con más calma.

— Pues ahí tiene, caballero.

— Espere. Póngame otro, que se le voy a regalar a mi amigo Adrián, que también es aficionado y tiene buen criterio (aunque es algo menos exquisito que yo), y así luego comentamos.

— Pues marchando dos. Por el precio de dos se lleva usted cuatro cabezas angelicales. Si le apetece, cuando lo lea, pásese por aquí y me deja su opinión. Se lo agradecería. Así podré aconsejar mejor a otros lectores.

— Pues voy a hacerlo, sí señor. Quédese con el cambio, por el buen asesoramiento.

viernes, 1 de agosto de 2025

VENTOLERA

 


A viento late mi corazón.

Necesita la brisa de la mañana

y el vendaval del atardecer.

 

Es un molino de aspas rojas.

Es una veleta clavada en mi pecho.

Es un vilano de sangrante semilla.

 

Necesita un soplo que le avive,

víscera de fuego, fuego de carne,

encarnizado músculo de humanidad.

 

Es un vencejo planeador de campanarios.

Es un remolino que asciende

circunvalando la ternura.

 

Necesita un aliento que acaricie sus pétalos,

meza sus estambres

y esparza su aroma.

 

Es un velero de insondable singladura

con ansia infinita de mares.

¡Subid a bordo y desplegad todas sus velas!